1 ago 2011


Entrevista al padre de la ciencia ficción chilena - Hugo Correa

"Cuando el discípulo entrevistó al genio"


A pesar de considerarme un lector promedio y de conocer a la mayoría de los autores de esta larga y angosta faja de tierra, debo pecar de ignorante e inculto al comentar que al gran Hugo Correa lo descubrí hace poco tiempo. Este autor, nacido en Curepto el año 1926 y que nos dejó el pasado 2008, es considerado uno de los grandes nombres de la ciencia ficción latinoamericana, siendo incluso reverenciado por el gran Ray Bradbury, quien alguna vez dijo que era lo mejor que había leído y lo introdujo en el difícil mercado Norteamericano.


Ahora que la editorial Alfaguara relanzó el 2010 su opera prima y su mayor obra, Los Altísimos, quiero compartir con ustedes una entrevista que el maestro concedió al que creo yo, será uno de los grandes nombres de la ficción latinoamericana en el futuro y que actualmente, participa dentro de una corriente que busca revitalizar ese genero en nuestro país. Me refiero al gran Francisco Ortega, quien como un verdadero discípulo del maestro, realizó este encuentro con el más grande de los escritores de ficción, nacidos en esta tierra. Disfrútenla.

Viernes 13 de Noviembre, Zona de contacto. diario el Mercurio

Hace treinta años, una sonda espacial se salió de órbita y se estrelló en el sur de Chile. La máquina había sido enviada a la Luna para traer muestras de rocas, pero volvió con algo más. Una rara criatura que crecía con la lluvia. Este relato fue escrito en 1961 por Hugo Correa y apareció bajo el título de “El que merodea en la lluvia”, tercera publicación del autor y un claro ejemplo de su obsesión por el espacio exterior.

-¿A qué planeta le gustaría viajar?
-A Marte, porque es el que más ha inspirado a los escritores de ciencia ficción. Es como un escenario clásico del género, arrastra toda una tradición que va desde H.G. Wells hasta Bradbury.

-A propósito, ¿es cierto que conoció a Ray Bradbury?
-Sí, estuve con él en el Writers Program de la Universidad de Iowa. Le gustaban bastante mis cuentos. De hecho, fue él quien los llevó a The Magazine of Science Fiction, cuyo editor científico era Isaac Asimov.

-¿Nunca se sintió un bicho raro siendo prácticamente el único autor chileno de ciencia ficción?
-Un extraterrestre querrás decir… (se ríe). Ser escritor de ciencia ficción de por sí te marca. Eres un tipo específico de narrador.

-¿Cómo se interesó en el género?
-De niño me gustó mucho la idea de lo desconocido y de los mundos que venían. Además, siempre fui un cuentacuentos. Los Altísimos, por ejemplo, está plagado de ideas que cuando chico le contaba a mis hermanos menores.

-¿A qué atribuye el hecho de que, a pesar de haber sido traducido a diez idiomas y recibir elogiosas críticas fuera de Chile, muy pocos lo conozcan? ¿Hay prejuicios frente al género de anticipación?
-Es que la gente tiene metida la idea de que la ciencia ficción es un subgénero. Como si una obra dependiera del género. Desde ese punto de vista, una novela realista siempre sería buena. En todo caso, esto ocurre sólo en Chile. En el extranjero se sabe que hay muy buenos escritores y libros de ciencia ficción y se les valora por eso. Por ejemplo, nadie discute la tremenda calidad literaria de Philip K. Dick(autor de la novela que inspiró Blade Runner).

En 1956 Hugo Correa publicó su primera novela, “Los Altísimos”, una historia futurista que describe una civilización altamente tecnológica que centra su existencia en el triángulo máquina-hombre-máquina, donde la subordinación humana a las máquinas alcanza caracteres dictatoriales. Mismo esquema de la apocalíptica corriente que en los 80 encontró voz y éxito en jóvenes autores norteamericanos como Bruce Sterling (“Islas en la red”) y William Gibson(“Neuromante”).

-¿Qué le dice el término ciberpunk?
-En realidad no he leído mucho, pero conozco bien el tema porque de alguna forma lo abordé. En 1967 apareció en The Magazine of Science Fiction Alter Ego, un relato que describía una sociedad futurista que vivía con máquinas inteligentes que les solucionaban la vida. El protagonista de la historia era alguien que utilizaba un casco para conectarse a ese sistema y así podía moverse dentro de él. Este casco le agudizaba las percepciones y los sentidos, como hoy lo hace la llamada Realidad Virtual.

-¿Escribe a máquina o en computador?
-A máquina. No tengo computador, pero me encantaría tener. Abre muchas posibilidades, como internet y el correo electrónico.

-¿Está familiarizado con internet?
-No, es una deuda que tengo pendiente.

A pesar de su prolongado silencio literario, Hugo Correa no ha parado un sólo día de trabajar. Desde hace dos años, está encerrado en una nueva novela con la que pretende regresar a la ciencia ficción. Aunque todavía no tiene nombre, la historia está bastante avanzada: Trata de los Preadamitas, una raza anterior a Adán creada por Dios (Yahvé) y cuyo destino nadie conoce. Yo le busco un destino a esa raza con mi ficción. Claro que no he podido encontrar editor, usted sabe, en Chile sólo se edita lo políticamente correcto y la ciencia ficción parece ser de oposición.

-¿Cómo va a ser Chile en el futuro?
-Un país bastante más ordenado y limpio. Creo que el problema de la contaminación va a solucionarse y que la gente, gracias a internet y a otras redes informáticas y virtuales, va a volver a la vida rural. Las ciudades van a desaparecer. De aquí a cien años, metrópolis como Santiago o Nueva York van a ser monumentos, nada más que eso.


Q.E.P.D. maestro.





2 comentarios:

  1. buenísimo hugo correa. Tuve la suerte que un desconocido me lo recomendara y lo leí. Curiosamente, alfaguara sacó su edición por mucho más dinero que otra de editores de valparaíso (creo). Creo que la voz narrativa y la altura del contenido hacen de Los Altísimos una obra sublime, con todos los cabos atados, muy redonda.

    Buen blog!, llegué por un escrito en chilecomparte.cl y se va directo a mis marcadores.

    Saludos!

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  2. Muchas gracias Bastián por tus comentarios, que bueno que te haya gustado el blog y atento a las novedades. Un abrazo y estamos al habla.

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